jueves
Nadie
lunes
Mi esposo y yo nos convertimos en padres, sin embargo
Mi esposo y yo nos convertimos en padres, sin embargo...
Mi esposo continuó con su trabajo, yo no.
Mi esposo no disminuyó sus ingresos, yo si, cero.
Mi esposo continúa acumulando experiencia laboral, yo me aprendí manuales de Lactancia materna, apego seguro, alimentación complementaria, porteo, todos aplicados con éxito a mi beba...pero nada de eso es para el CV.
Mi esposo mantiene sus pasatiempos, yo no puedo salir sin que alguien me pregunte ¿con quién dejé a la bebé?
Mi esposo no tuvo que rechazar ofertas laborales porque no son compatibles con la crianza, yo sí.
Mi esposo duerme de corrido, yo no, soy feliz dando lactancia pero cansan las tomas nocturnas.
No, no estamos en las mismas condiciones, mientras la sociedad no reconozca que la crianza es un TRABAJO no remunerado más demandante que cualquier chamba, por ello debe ser deseada y que dé condiciones para ser compartida.
Ahora soy más empática con otras mujeres, por años las han llamado mantenidas cuando en toda la historia fueron y son las que han mantenido viva a la humanidad.
Aún queda mucho por hacer
Créditos a quien corresponda.
"Enamórate de tu hijo
"Enamórate de tu hijo...
Enamórate de sus ganas de estar contigo.
Enamórate de su necesidad por tus brazos.
Enamórate de su forma de expresarse.
Enamórate de las cosas que piensa.
Enamórate de su obsesión por esa playera, esa pijama, ese vestido.
Enamórate de su amor por los dinosaurios, por los carritos, por las muñecas.
Enamórate de cada parte de su cuerpo. Observa sus pies, sus manos, sus ojos. Conócelos bien.
Enamórate de su olor.
Enamórate de cuidarle sus miedos.
Enamórate de sus alegrías para que sepas cómo sorprenderlo.
Enamórate de su forma de ver el mundo.
Enamórate de los recuerdos que estás creando en él.
Enamórate de cómo suena la palabra “‘mamá” con su voz.
Conócelo bien y disfrútalo. Sé que en la crianza,
los días son muy largos,
pero recuerda que los años son muy cortos".
Por: Dori Andrade
"NO ME QUEDARÉ PEQUEÑO MAMÁ.
Disfrútame mami, disfruta mi niñez.
Crezco rápido, más rápido de lo que crees. Tu no te das cuenta. No siempre me levantaré por las noches llorando porque quiero estar a tu lado, o simplemente para que tu o papá me den un abrazo, un abrazo de esos que se llevan mis miedos.
A veces, cuando paseamos juntos, mis pies pequeñitos se cansan de andar y pido que me cargues, se que tu también estás cansada… pero disfruta de tenerme así, pronto creceré y ya no necesitaré tus brazos.
Otras veces me quedaré dormido en el trayecto del coche y me apoyaré en tu hombro dormido mientras me llevas a casa. Es uno de los momentos en que me siento muy conectado contigo, durmiendo en tus brazos.
Pronto creceré mamá, y ya no tendrás que ver ni limpiar mi cara sucia de helado o chocolate, esa que te hace tanta tanta gracia. Algunas veces lloro y me enfado porque no me dan lo que quiero, tenme paciencia, estoy aprendiendo a tener mi propio carácter, guíame, acompáñame, pero no me grites ni me pegues por ello.
Recuerda que a veces, tus besos mágicos lo arreglan todo. No me quedaré pequeño siempre mamá, pero te aseguro, que cuando crezca estaras orgullosa de mi como yo de ti te amo mamá..!
Autor Desconocido
lunes
Historia de un soldado
Esta es una historia que fue contada por un soldado que pudo regresar a casa, después de haber peleado en la guerra de Vietnam.Le habló a sus padres desde San Francisco: "Mamá, Papá, voy de regreso a casa, pero les tengo que pedir un favor.
Traigo a un amigo que me gustaría que se quedara con nosotros."
"Claro," le contestaron, "nos encantaría conocerlo".
"Hay algo que deben de saber", el hijo siguió diciendo..., "él fue herido en la guerra. En el piso había una mina de tierra y perdió un brazo y una pierna él no tiene a donde ir, y quiero que él se venga a vivir con nosotros a casa".
"Siento mucho el escuchar eso hijo, a lo mejor podemos encontrar un lugar en donde él se pueda quedar."
"No mamá y papá, yo quiero que él viva con nosotros..."
"Hijo," le dijo el padre, " tú no sabes lo que estás pidiendo. Alguien que está tan limitado físicamente puede ser un gran peso para nosotros...
Nosotros tenemos nuestras propias vidas que vivir, y no podemos dejar que algo como esto interfiera con nuestras vidas. Yo pienso que tú deberías de regresar a casa y olvidarte de esta persona. El encontrará una manera en la que pueda vivir el solo."
En ese momento el hijo colgó la bocina del teléfono... Los padres ya no volvieron a escuchar de él. Unos cuantos días después, los padres recibieron una llamada telefónica de la policía de San Francisco. Su hijo había muerto después de que se había caído de un edificio, fue lo que les dijeron. La policía creía que se trataba de un suicidio. Los padres destrozados por la noticia volaron a San Francisco y fueron llevados a la morgue de la ciudad a que identificaran a su hijo. Ellos lo reconocieron y para su horror, descubrieron algo que no sabían, su hijo tan solo tenía un brazo y una pierna.
jueves
NAVIDAD SIN TI..
NAVIDAD SIN TI...✨
Las fiestas sin un ser querido: ¿Cómo vamos a celebrar las fiestas si estamos tristes por la pérdida de un ser querido? ¿Cómo afrontamos esta primera Navidad sin nuestro familiar o amigo? Las navidades y las fiestas de fin de año son momentos en que lo pasado se hace presente. Para bien o para mal, son épocas en las que todos hacemos un balance, y lo afectivo juega un rol preponderante.
Suele suceder que, cuando nos reunimos año a año con la misma gente, tal vez con la totalidad de la familia, notemos con mucha tristeza la ausencia de alguna persona que falleció, no pudiendo evitar tener un poco de nostalgia. Todos tenemos a alguien que ya no está, alguien con quien ya no compartiremos las fiestas. A esto se le da en llamar "síndrome de la silla vacía".
Es que en Navidad las ausencias y los vacíos en la mesa se notan -y mucho- a nivel emocional. Tristezas que el resto del año quizá se tornan más llevaderas vuelven a doler de una forma especial en los días de fin de año.
A la hora de sentarse a cenar, la ausencia de los seres queridos es más latente, se avivan los recuerdos de forma aguda y sentimos una catarata de emociones y sentimientos ante esa silla que queda vacía en el hogar.
Así, en medio de la alegría y el festejo que suponen las reuniones familiares de fin de año o Navidad, puede pasar que no tengamos ganas de reunirnos ni de festejar. El sólo pensar que esa persona querida ya no compartirá la mesa con nosotros, nos entristece. La sola posibilidad de reunirse con la familia activa el recuerdo de esa persona, y nos somete a todo tipo de sentimientos.
Desesperación, llanto, rabia, soledad, culpa, negación son algunos de los sentimientos normales y sanos que pueden aparecer cuando una persona nos deja para siempre. Una pérdida provoca reacciones físicas, emocionales e incluso espirituales, que forman parte del proceso de curación de las heridas.
Emociones como éstas pueden entrar en conflicto con el ambiente festivo en estas fechas. Pueden activarse recuerdos e incluso estar enojados por la ausencia.
No hay una fórmula única para los que perdieron a un ser querido porque cada pérdida es distinta y cada uno muestra, oculta o siente el dolor de diferente forma. Cada quien resuelve el duelo como puede, no hay recetas. Cada quien siente la ausencia de manera distinta.
Algunas de las recomendaciones para aquellos que deciden reunirse:
*Expresar y manifestar tu sentir con respecto al familiar "ausente": Dejar aflorar los sentimientos, sean cuales fueran, incluso la alegría.
*Buscar apoyo en familiares, amigos o terapeutas
*Establecer nuevos ritos y permitir que afloren las emociones son algunas de las recomendaciones para sobrevivir a las fechas, que tanta gente detesta
*No abusar de sustancias que "tapen" los sentimientos
*Reforzar la contención de aquellos que más lo necesiten
*Apoyate en emociones, palabras y acciones positivas
*Celebrar no es olvidar. Es posible recordar con amor el tiempo compartido.
No forzar al que no quiere
Lo principal, es respetar el estado emocional de cada uno, y aquel que no tiene fuerzas para celebrar, deberá ser respetado en su sentir. Se trata de enfrentar las ausencias como se puede.
Tal vez compartir la mesa con aquellos que están solos, que no tienen familia, o con aquellos que tienen carencias y compartir el tiempo y la comida con ellos, puede hacer bien. Es un acto de amor infinito, que engrandecerá y hará renacer espiritualmente y anímicamente a quien atraviese el duelo.
Es un momento que hay que pasar, no debemos huir o hacer como si no pasara nada. Algunos tratan de escapar como si nada pasara, se "tragan" el dolor ante la ausencia del ser querido, fingiéndolo, y así evitarlo: el dolor es tan inmenso que intentan esquivarlo como sea.
Todo duelo es singular y tiene su proceso, pero nos ayudará a afrontarlo, si nos apoyamos y compartimos los sentimientos todos juntos.
Compartir fotos, contar una anécdota de la persona ausente puede ser aliviador. Para aquellos que tienen fe, realizar algún ritual espiritual o religioso, puede ayudar, así como tomarse tiempo para sentir y dar sentido a la pérdida.
Si bien puede presentarse una discordancia entre la experiencia que uno está viviendo por dentro y los estímulos exteriores que de alguna manera dicen que hay que estar alegre, celebrar la Navidad no significa olvidar; es posible recordar con cariño que el tiempo compartido.
Autor: Lucila Guttman
viernes
SI PUDIERA
SI PUDIERA..
Si pudiera volver a educar a mi hij@
Construiría su autoestima primero y la casa después.
Pintaría más con el dedo, y señalaría menos.
Haría menos correcciones y más conexiones.
Apartaría los ojos del reloj y los utilizaría para mirar.
Me interesaría por saber menos y aprender a interesarme más.
Haría más excursiones y volaría más cometas.
Dejaría de mostrarme seria y jugaría más en serio.
Atravesaría más campos y contemplaría más estrellas.
Daría más abrazos y menos tirones de orejas.
Vería el árbol en el fruto más a menudo.
Sería menos firme, y afirmaría más.
Enseñaría menos sobre el amor al poder.
Más sobre el PODER DEL AMOR.