jueves
Si Perdemos A Nuestra Madre, Perdemos Parte De Nuestra Alma
La pérdida de una madre es una de las pruebas más difíciles para un hijo, sin importar cuándo suceda esto. Tanto en la infancia como en la edad adulta, es un hecho importantísimo, doloroso y causa un impacto personal que te transforma por completo.
El amor hacia las madres no se puede medir. Nos han criado desde el primer día. Nuestros aciertos son suyos en realidad, fruto de sus decisiones día a día hasta la actualidad.
Por estos sentimientos, el momento en el que perdemos a nuestra madre, es uno de los más duros que puede sufrirse en la vida. Perdemos realmente una parte de nuestra alma.
El camino que se presenta por delante se hace mucho más difícil, al saber que ella ya no estará junto con nosotros. La vida continúa, nosotros podremos seguir adelante, pero de una forma distinta a como había sido todo hasta ahora.
Pero tras los primeros días de dolor, la pérdida se convierte en recuerdo y, poco a poco, nos vemos aplicando las enseñanzas que nos transmiten y entonces es cuando nos sentimos tan agradecidos de haberla tenido a nuestro lado siempre.
Cada decisión con acierto que realicemos, será fruto de su crianza y de su amor. Gracias a ello, podremos recordar a nuestra madre siempre cada día, en cada acción que realicemos.
Si todavía estás con tu madre en tu vida, no desaproveches la oportunidad de quererla, amarla, acompañarla y dejar que ella sea consciente de ese amor, esa conexión, que sentís ambos desde prácticamente el primer momento de tu existencia.
Frases Hermosas te agradece por tomarte el tiempo para leer este artículo. Si te gusta cuanto aquí publicamos, por favor comparte con tus amigos y familiares. Tu apoyo a nuestro esfuerzo es muy importante y apreciado.
Ver Mas...
El amor hacia las madres no se puede medir. Nos han criado desde el primer día. Nuestros aciertos son suyos en realidad, fruto de sus decisiones día a día hasta la actualidad.
Por estos sentimientos, el momento en el que perdemos a nuestra madre, es uno de los más duros que puede sufrirse en la vida. Perdemos realmente una parte de nuestra alma.
El camino que se presenta por delante se hace mucho más difícil, al saber que ella ya no estará junto con nosotros. La vida continúa, nosotros podremos seguir adelante, pero de una forma distinta a como había sido todo hasta ahora.
Pero tras los primeros días de dolor, la pérdida se convierte en recuerdo y, poco a poco, nos vemos aplicando las enseñanzas que nos transmiten y entonces es cuando nos sentimos tan agradecidos de haberla tenido a nuestro lado siempre.
Cada decisión con acierto que realicemos, será fruto de su crianza y de su amor. Gracias a ello, podremos recordar a nuestra madre siempre cada día, en cada acción que realicemos.
Si todavía estás con tu madre en tu vida, no desaproveches la oportunidad de quererla, amarla, acompañarla y dejar que ella sea consciente de ese amor, esa conexión, que sentís ambos desde prácticamente el primer momento de tu existencia.
Frases Hermosas te agradece por tomarte el tiempo para leer este artículo. Si te gusta cuanto aquí publicamos, por favor comparte con tus amigos y familiares. Tu apoyo a nuestro esfuerzo es muy importante y apreciado.
Ver Mas...
Mi nieto: el pedacito de cielo que la vida me regaló
Mi nieto es el mejor regalo que mi hijo pudo hacerme. La personificación de la inocencia, del amor y de un vínculo puro e inigualable.
Mi nieto es el pedacito de cielo que la vida me regaló. Es una segunda oportunidad que los dioses me han obsequiado para hacer las cosas bien, para seguir construyendo futuro. Es mi ocasión de amar sin medidas y sin preocupaciones adicionales.
Ese niño, fruto del amor de aquel pequeño ser que vi nacer, hoy es mi todo. Me da el aliento necesario para superar los achaques de la edad. Es él quien me da razones para continuar habitando este mundo, tan solo para permanecer a su lado.
Mi nieto se ha convertido en el oxígeno que hoy me permite vivir el día a día de manera intensa. Es ese pequeño universo por el que giro noche y día. Fuente de admiración y adoración profunda, llena de color mi hogar con cada visita y colma de felicidad los últimos tramos de mi existencia.
Mi nieto, mi mejor obsequio
Mi nieto es el pedacito de cielo que la vida me regaló. Es una segunda oportunidad que los dioses me han obsequiado para hacer las cosas bien, para seguir construyendo futuro. Es mi ocasión de amar sin medidas y sin preocupaciones adicionales.
Ese niño, fruto del amor de aquel pequeño ser que vi nacer, hoy es mi todo. Me da el aliento necesario para superar los achaques de la edad. Es él quien me da razones para continuar habitando este mundo, tan solo para permanecer a su lado.
Mi nieto se ha convertido en el oxígeno que hoy me permite vivir el día a día de manera intensa. Es ese pequeño universo por el que giro noche y día. Fuente de admiración y adoración profunda, llena de color mi hogar con cada visita y colma de felicidad los últimos tramos de mi existencia.
Mi nieto, mi mejor obsequio
Mi nieto es el mejor obsequio que mi hijo pudo hacerme. El amor que siento por él es único, tan diferente a aquel inmenso sentimiento que me embargó cuando por primera vez conocí a mi amado hijo. Por ello mi nietecito es el heredero de todo mi tiempo, por haberme cedido el brillo de sus ojos y su contagiosa sonrisa.
Pues él reavivó mi capacidad de asombro al alargar mi vida con sangre de esperanza e ilusión. Es el sueño más perfecto que afortunadamente se ha hecho realidad. Hoy, el sonido de su inocente voz se ha convertido en mi bandera. Sus imágenes distribuidas por toda mi casa son como trofeos del campeón de la vida misma.
Mi nieto es el mejor premio que pude haber recibido tras criar con mucho amor a mi pequeño pedazo de sol. El mismo hoy me regaló el más bonito horizonte. Mucho cielo para esta abuelita que no se cansa de amar, y que espera todo el tiempo por llenar de besos y abrazos de oso a ese pequeño que tiene tanto cariño que ofrecer.
Mi nieto es mi pasado, mi presente y el futuro que me resta. Mi historia, mi familia y mi sangre. Por esto mismo, jamás podré negarme a sus pedidos. Por él soy capaz de lograr imposibles. Es mi niño consentido, mi cómplice y compañero favorito.
Ese chiquillo es un pasaje para viajar al pasado y recordar aquellos bellos días de mi infancia. Sentir los viejos aromas y juegos. Rememorar mi pasada inocencia, imaginación y frescura, recreándome en la suya. En definitiva, recordar la pureza que portaba y asimilar lo que he perdido a través de los años.
Ese nene tan pequeño que veo crecer frente a mí me permitió volver a soñar, al ser partícipe de sus sueños. Me mostró que tengo tanto que aprender… despertó en mí nuevas pasiones que creía imposibles. En suma, vino a este mundo para terminar de ablandar aún más mi corazón.
Ver aquello en lo que se considera fabuloso, escuchar aquellas historias que lo tienen atónito, observarlo columpiarse o deslizarse por el tobogán es ver magia pura. Su preciosa carita y ese dulce “abuelita” bastaron para volverme loca. Por eso prometo bajarte la luna, arrimarte al sol y llenar de dulces cada tarde.
Consentir cada capricho, brindarle todo mi amor, acompañarlo en cada aspecto de su vida se convirtió en mi deporte. Remembrar el arte de cambiar pañales, calmar berrinches, sentar en el regazo para entretener fue prioridad desde la llegada de mi nieto.
¿Y qué mas da si mi hijo, yerno o nuera no logra comprender este amor tan profundo? ¿Qué importan sus enojos pasajeros? Pues yo sé muy bien que, así como ayer no me entendían y hoy -al ser padres- lo hacen, cuando llegue el día de convertirse en abuelitos comprenderán mi comportamiento.
Mi pedacito de cielo, mi mundo, mi universo y mi todo. Eso es mi nieto para mi desde de su llegada. Por eso solo deseo que tenga una vida plena y feliz, y le pido a Dios poder disfrutarla junto a él cuanto sea posible. Pues si algún sentimiento de tristeza o dolor se asoma, quiero ser quien le seque las lágrimas y esboce en su rostro una mueca de alegría.
Ver mas...