miércoles

LLénalo de amor

LLénalo de amor
Siempre que haya un hueco en tu vida,
llénalo de amor.
Adolescente, joven, viejo: siempre que haya un hueco en tu vida, llénalo de amor.
En cuanto sepas que tienes delante de tí un tiempo baldío, ve a buscar al amor.
No pienses: "sufriré"
No pienses: "me engañarán"
No pienses: "dudaré"
Ve, simplemente, diáfanamente, regocijadamente, en busca del amor.

¿Qué índole de amor? No importa: todo amor está lleno de excelencia y de nobleza.
Ama como puedas, ama a quien puedas, ama todo lo que puedas... pero ama siempre.
No te preocupes de la finalidad de tu amor.
El lleva en sí mismo su finalidad.
No te juzgues incompleto porque no responden a tus ternuras: el amor lleva en sí su propia plenitud.
Siempre que haya un hueco en tu vida,
llénalo de amor.

(Amado Nervo)

lunes

20 de Marzo día Internacional de la Felicidad!

El Día Internacional de la Felicidad, el 20 de marzo, fue instituido el 28 de junio de 2012 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y se celebró por primera vez el año 2013.

miércoles

Prometo...

Te invito a que las leas en voz alta pensando detenidamente en lo que significa cada una:

1. Prometo mostrar en mi vida lo que realmente soy y no la imitación de alguien más.

2. Prometo evitar menospreciarme y describirme con la palabra "simplemente". Por ejemplo, no diré: "Soy simplemente una madre", o "soy simplemente una estudiante" o "soy simplemente una persona normal".

3. Prometo darme 10 minutos de silencio y calma cada día para conectarme con mi corazón y poder oír mi voz interior.

4. Prometo usar mis palabras para conectar mis sueños con mis acciones.

5. Prometo usar mi voz para fortalecerme a mí y a otros.

6. Prometo servir a mi comunidad de forma voluntaria por lo menos una vez al año de alguna manera que beneficie a otras mujeres.

7. Prometo preguntarme "quién soy", "en qué creo" "de qué estoy agradecida" y "qué es lo que defiendo".

8. Prometo sentarme a escribir cuál es mi misión en la vida.

9. Prometo vivir con la conciencia de dejar un legado.

10. Prometo compartir estas promesas con otras mujeres.

Seas mamá, hija, hermana, esposa, tía o abuela naciste para entregarle algo valioso a tu familia, donarle algo positivo a la comunidad en que vives y dejar tu huella impresa en el planeta. Si te atreves a cumplir con lo que has leído, definitivamente marcarás una gran diferencia en esta vida. Todas tenemos el poder de cambiar el mundo.

El secreto está en las ganas...

Posiblemente muchas de las cosas que conseguimos en la vida tengan más que ver con las ganas y el empeño que le ponemos a lo que hacemos que con la suerte. Mientras nos lamentamos de la mala suerte que tenemos, estamos perdiendo el tiempo sin pensar que quizás el secreto está en las ganas.
Con ilusión y trabajo podemos conseguir muchos de nuestros sueños. Quizás esa sea la mejor fórmula mágica…

 “¡Qué mala suerte tengo!, ¡las cosas siempre le salen a los demás!; ¿Qué quieren un trabajo? lo consiguen; Que no estudian, pues aprueban. A mí nunca me pasa eso, yo tengo una mala suerte que nunca me sale nada como quiero. Ya estoy harta, estoy cansada de que todo siempre vaya en mi contra. ¿Por qué me pasa esto a mí?”, ¿por qué el mundo está tan mal repartido y la mala suerte siempre me la llevo yo?

Quizás el secreto no está en la suerte. Quizá el secreto está en las ganas.” ¿Te suena este discurso?, ¿te sientes identificado? ¿Incluso ahora te estás riendo porque dices: ¡es justo lo que digo yo cuando lo veo todo negro y me invado de pensamientos negativos que no me llevan a ninguna parte!?

 Quizás no vayas por el camino correcto y no estés viendo las cosas como son. Lamentarte y regodearte en los aspectos negativos no te sirve de mucho. A lo mejor necesitas un poco de claridad en ese túnel oscuro en el que te has metido.

Quizás el secreto está en las ganas. Cualquier cosa se puede conseguir, incluso tocar el cielo con las manos. Y es que no existen los obstáculos si tenemos ganas e ilusión. No hay obstáculos insalvables si tenemos ganas y se la contagiamos a los demás.

 Muchas veces creemos que detrás de las buenas cosas que le ocurren a los demás solo ha habido un golpe de suerte, que la fortuna ha estado de su parte. Puede que una parte sí, ahí lo dejamos… pero no todo, eso sí que es seguro. Si ponemos ejemplos como que nos toque la lotería, seguro que de nada nos va a servir pensar que con ganas y esfuerzo se consiguen las cosas; pero eso son rayas en el agua.

Sin embargo hay muchas cosas que dependen de nosotros o al menos en buena parte. Por eso, ¿por qué no empezamos a construir nuestros sueños poniendo como cimientos las ganas?

 Un poco más de persistencia, un poco más de esfuerzo, y lo que parecía irremediablemente un fracaso puede convertirse en un éxito glorioso.

 Las ganas, la pasión, la motivación son elementos esenciales para la persecución de nuestros sueños. Los triunfos y las victorias no vienen por golpes de suerte, sino por una dedicación impregnada de constancia y esfuerzo.

AVE DEL ALMA...

Al llegar a este mundo, me dijeron:
todo es un sueño vuela, vuela anda a volar! eres un ave de paso, tan solo un instante aquí, en este mundo y volverás y entonces...

Empecé a volar, por este mundo, tan real pero recordando que me habían dicho que todo es un sueño aún siendo real y entonces no entendía y a veces, no sabía si estaba navegando o si estaba volando ave en vuelo soy.

Cuando duermo vivo, cuando vivo duermo y es todo un sueño, más que un sueño, eso es todo ! y entonces encuentro que deseo despertar y vivir y sentir y en todo amar allá en mi hogar,que ahora busco y digo: a donde estará?

Mientras sigo volando y en mi vuelo encuentro suaves cantos que envuelven mis lágrimas y la brisa que acaricia mis plumas porque cuando un ave vuela, a veces llora, a veces sufre, a veces duele.

Sin embargo... un ave en vuelo eterno sabe transformar todas las lágrimas en luz
y todo el dolor en alegría, y todo el sufrimiento en aprendizaje para volar más todavía.

Soy un ave de luz y extiendo mis alas que son muy grandes suaves, radiantes, bellas... OH! no soy de aquí, no puedes imaginar mis alas.

Al aletear mueve corazones allá abajo si tienen mis alas, ese don:... de mover amor! y veo que los seres sin alas no saben que hacer con un corazón, con una brisa de amor...

Simplemente sigo volando no entiendo este mundo! y amorosamente extiendo mis alas
tocando las nubes, tratando de solo sentir el amor, allá abajo, pero pido,llamo, busco.

Miro más allá del sol, busco mi hogar y deseo estar en mi hogar vuelo una cima y cuantas más, estoy deseando tan solo estar donde no hay más,tan solo HOGAR .

Recojo mis alas, desciendo y me detengo acaso un beso del alma toca mi luz entonces despierto y este sueño, este vuelo se desvanece, descubro mis plumas azules así, llegué a este mundo, si recuerdas de tus alas azules entonces dirige el vuelo ave del alma...

Vamos a continuar este viaje y así, mover más corazones porque allá abajo lo necesitan, allá, en donde no tienen alas, siento que gritan por paz, gritan por amor, yo trato con mis alas de mover más paz y más amor pero juntos,
Ave de mi alma, podemos multiplicar amor!!!

Bambú japonés...


No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, abonándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por favor!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad,
no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad,
este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces
que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana,
muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones
estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.

Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que "en tanto no bajemos los brazos" ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo, dentro nuestro…

Estamos creciendo, madurando.

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente
creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito
cuando éste al fin se materialice.

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes...
quizá sólo estés echando raíces...